Una boda es una sucesión de pequeñas tradiciones, en este blog ya os hemos hablado de algunas de ellas como por qué llevamos un ramo. Hoy os queremos hablar del intercambio de las arras de boda, uno de los ritos más representativos del matrimonio junto con el intercambio de anillos.
El significado de las arras matrimoniales
Las arras son trece monedas de oro o plata del mismo tamaño que simbolizan la unión de la pareja y el deseo de prosperidad y la promesa de compartir los bienes del matrimonio. Cada una de estas monedas representa un mes del calendario, al que se añade una moneda adicional como símbolo de la generosidad de compartir con los menos desfavorecidos. Esta última moneda antiguamente solía ser de bronce o un material de inferior calidad de las otras doce.
Juego de arras bíblicas de Argyor
Origen de la tradición de las arras
Esta tradición tiene su origen en Oriente y los romanos fueron quienes la introdujeron en España tras su conquista. Antiguamente se relacionaba con la dote que el novio pagaba por la esposa. De hecho, no se consideraba válido un matrimonio sin la entrega de las arras ya que se consideraba una garantía ya que formaban parte de este pago.
Rito de entrega de las arras en la boda
Este rito comienza con la entrega de las arras al sacerdote y es un momento precioso en el que dar protagonismo a los más pequeños de la familia. Pero tened cuidado que no sean demasiado chiquitines, ya que puede dar lugar a algún percance… ¡La madre de una novia nos contaba que tiene 12 arras y una peseta ya que al paje de arras se le cayeron y un invitado tuvo que sustituir una de las monedas!
El sacerdote bendecirá las arras y se las entregará al novio que las dará a la novia, quien las recibe con las manos abiertas. Posteriormente se produce el mismo gesto pero en este caso es la novia quien las ofrece. Existen dos alternativas en función del rito elegido. En la primera (rito romano) ambos dirán el nombre de su pareja seguido de “recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir”. En el rito hispano el cónyuge que entrega dice el nombre de su pareja seguido de “estas arras te doy en señal de Matrimonio” y quien las toma dice “Yo las recibo”.
Como curiosidad te gustará saber que antiguamente era el novio quien las entregaba a la novia y ella no se las devolvía. Actualmente esto ha cambiado y se hace un intercambio mutuo entre dos iguales. El rito de entrega de arras no es obligatorio para celebrar una boda religiosa y hay parejas que han decidido incluirlo también en ceremonias civiles
Como llevar las arras al altar
Los niños de arras suelen llevar una bandeja o cesta para llevarlas hasta el altar. Se suelen elegir teniendo en cuenta como vayan vestidos y la edad y podrás encontrar un montón de propuestas diferentes. Una buena idea para no tener problemas es envolver las arras con un pañuelo blanco (podéis pedir que borden vuestras iniciales…) y hacerle un nudo con un lazo o rafia de manera que sea sencillo de deshacer y si el peque tiene algún percance tengamos las 13 monedas controladas.
¿Y vosotros? ¿Vais a celebrar una boda eclesiástica con arras? En muchas familias estas arras pasan de padres a hijos – algo parecido a lo que pasa con el velo y otros complementos – por lo que a todo este significado popular se le suma ese especial de usar algo que se ha venido usando durante años en la familia. ¿Incorporaréis las arras familiares como rito en vuestra ceremonia civil? Si no tenéis la suerte de haberlas heredado podréis comprar unas arras de boda en alguna de las joyerías de vuestra ciudad.
Sea como sea la opción elegida, tras ella saldréis convertidos en marido y mujer. ¡Felicidades!